Trazabilidad y materialidad: claves del blindaje fiscal y aduanero
La fiscalización electrónica en México se ha fortalecido en los últimos años, lo que ha elevado las exigencias hacia las empresas que operan con comercio exterior. La autoridad busca verificar que cada dato, proceso y documento refleje con precisión la realidad operativa y económica de los contribuyentes.
En este contexto, la trazabilidad y la materialidad se han convertido en elementos centrales para comprobar la existencia y el seguimiento de las operaciones ante el SAT y la ANAM.
Conceptos clave para el blindaje fiscal y aduanero
Durante el webinar Trazabilidad y materialidad: el nuevo blindaje fiscal y aduanero para empresas, los especialistas de Grant Thornton, el C.P. Rafael Rubí, office managing partner Tijuana, y el Ing. Irán Uribe, gerente de comercio exterior, explicaron que ambos conceptos ya existían en auditorías previas; sin embargo, la fiscalización actual los ha fortalecido y puesto en el centro del cumplimiento.
La materialidad se refiere a comprobar con evidencia suficiente que un hecho u operación realmente existió. Implica coherencia documental y económica entre lo que se reporta y lo que sucedió en la operación.
Entre los puntos que analiza la autoridad se encuentran:
Existencia del hecho o servicio
Capacidad material y humana para realizar la actividad
Coherencia documental
Lógica operativa y fiscal
La carga de la prueba recae en la empresa. Si los elementos no son suficientes, la autoridad puede desechar la operación junto con sus efectos fiscales.
Por su parte, la trazabilidad corresponde al seguimiento paso a paso de cada hecho que concluye en los documentos fiscales y aduaneros. Es el camino que lleva desde la operación al CFDI y a los registros que la sustentan.
Toda operación tiene un “ADN”: datos, procesos y evidencia. No se trata de acumular documentos, sino de contar con los adecuados y conectados entre sí.
“Sin trazabilidad, no hay materialidad. La materialidad prueba la existencia y la trazabilidad prueba el camino. Juntas construyen el blindaje fiscal y aduanero”, declaró Rubí.
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La autoridad exige demostrar cómo cada acto operativo se traduce en un efecto fiscal: producción → inventarios → pedimentos → contabilidad → declaración.
Fiscalización electrónica: un enfoque 360°
El SAT ya no revisa únicamente sus facultades directas: al detectar riesgos también informa a otras instituciones como IMSS, Infonavit o STPS.
Este enfoque integral exige coordinación entre áreas como:
Comercio exterior
Recursos humanos
Finanzas
Producción
Cuando la evidencia no está en orden
Entre los errores comunes detectados por los especialistas en auditorías preventivas se encuentran:
Faltantes en inventarios
Procesos de producción no compatibles con los CFDI
Servicios sin evidencia técnica
Inconsistencias en Anexo 24 y Anexo 30
Además, la falta de control documental puede generar créditos fiscales millonarios e incluso la pérdida de certificaciones, programas como el IMMEX o el registro del padrón de importadores.
Modelo preventivo y uso de tecnología
Los especialistas recomiendan dejar de reaccionar únicamente ante auditorías y comenzar a implementar:
Auditorías preventivas
Revisiones continuas
Sistemas tecnológicos que conecten información operativa, contable y aduanera
Esto facilita la generación de expedientes electrónicos completos, un elemento crucial ante revisiones rápidas de la autoridad.
La fiscalización seguirá fortaleciendo la exigencia sobre la trazabilidad y materialidad en el comercio exterior.
Para evitar riesgos financieros y asegurar la continuidad operativa, las empresas necesitan mantener evidencia sólida que conecte cada proceso con sus efectos fiscales.
Como sostienen los especialistas de Grant Thornton Tijuana, la trazabilidad y materialidad deben gestionarse como el nuevo blindaje fiscal y aduanero en la era de la fiscalización electrónica.
Para conocer más detalles, consulta la grabación del webinar en este enlace.