¿Cómo funciona el IVA acreditable, trasladado y retenido?
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) es un gravamen que se aplica al consumo de productos, bienes y servicios, tanto de personas físicas como de personas morales.
Para las empresas, conocer y cumplir con las obligaciones relacionadas permite realizar deducciones, en este caso acreditaciones, lo que contribuye a reducir la carga fiscal bajo los marcos de la ley.
En este blog te explicamos cómo funciona la dinámica de este impuesto, el papel del IVA retenido y algunas recomendaciones para mejorar el éxito en las devoluciones.
Los tipos de IVA
En el ámbito empresarial existen tres conceptos clave relacionados con el IVA: acreditable, trasladado y retenido.
IVA acreditable: impuesto que se paga a los proveedores por la adquisición de bienes o servicios, identificable en las facturas, y que posteriormente puede ser deducido.
IVA trasladado: impuesto que una empresa cobra a sus clientes por la venta de productos o servicios. Este importe se añade al precio final y debe reportarse y pagarse ante el SAT.
IVA retenido: se presenta principalmente cuando una persona moral recibe una factura por honorarios o servicios de una persona física. En estos casos, la ley obliga a la empresa a retener dos terceras partes del IVA facturado y enterarlo directamente al SAT, en lugar de pagarlo al proveedor.
¿Cómo funciona el IVA retenido?
Cuando una persona física factura a una empresa, incluye el IVA correspondiente, por lo general 16 %, aunque si se está en región fronteriza puede ser del 8 % por beneficios fiscales para la zona. La persona moral retiene dos terceras partes de ese IVA y las paga al SAT en su declaración del mes siguiente.
Por ejemplo: si un proveedor persona física factura $1,000 más $160 por ser el 16 % de IVA, en el CFDI debe indicar el IVA retenido que corresponde a las dos terceras partes de 160, que en este caso sería $106.67.
La empresa le paga a la persona física $1,000 más una tercera parte del IVA ($53.33) y retiene los $106.67 para entregarlos al SAT.
La empresa puede acreditarse ese IVA retenido, pero únicamente en el periodo fiscal posterior a la retención. Este desfase es importante, ya que influye en la determinación mensual del IVA a pagar: no solo se resta el IVA acreditable del IVA trasladado, sino que también deben considerarse las retenciones realizadas y cuándo pueden aplicarse como acreditables.
¿Cómo se acredita el IVA?
Una vez claros estos conceptos, para conocer cuánto debe pagar el contribuyente al fisco se resta el IVA acreditable (pagado en compras) del IVA trasladado (cobrado a clientes) y retenido.
Al final de cada periodo, es importante diferenciar entre los ingresos por ventas y el IVA cobrado, además de registrar y programar correctamente el acreditamiento del IVA retenido en el mes correspondiente.
Conservar todos los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) emitidos durante el mes es clave para justificar devoluciones o saldos a favor.
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Ejemplo práctico:
Empresa A vende herramientas y empresa B compra una. B paga $1,500 más $240 de IVA, total $1,740.
Para empresa B, los $240 son IVA acreditable si cumplen los requisitos fiscales.
Para empresa A, ese mismo monto es IVA trasladado que debe enterar al SAT.
Si empresa B fuera persona moral y el proveedor persona física, parte de ese IVA sería retenido y acreditable hasta el mes siguiente.
Beneficios y recomendaciones
El correcto manejo del IVA —incluyendo el acreditable y el retenido— puede ofrecer ventajas importantes:
Recuperación de impuesto: permite recuperar parte del IVA pagado, mejorando el flujo de efectivo.
Transparencia y cumplimiento: fortalece la confianza de clientes, socios, inversionistas y autoridades.
Planeación fiscal: considerar el desfase del IVA retenido ayuda a evitar errores en el cálculo de impuestos mensuales.
Consejos para su gestión:
Cuentas separadas: evita mezclar gastos personales y empresariales.
Registro de transacciones: conserva facturas y recibos, y utiliza plataformas para consultar movimientos.
Verificación del IVA trasladado: comprueba que coincida con lo reportado por tus proveedores.
Registros precisos: usa medios de pago empresariales y sistemas que automaticen la contabilidad.
Capacitación del personal: asegura que tu equipo contable conozca las obligaciones y tiempos del IVA retenido.
Conoce exenciones y deducciones: infórmate sobre productos y servicios exentos según tu régimen.
El manejo adecuado de este impuesto permite cumplir con las obligaciones fiscales y mejorar la eficiencia financiera.
Las herramientas digitales simplifican este proceso, permitiendo un mayor control de gastos, el registro correcto de retenciones y un cálculo preciso de lo acreditable en cada periodo.
Nuestra plataforma Determinación de IVA es ideal para el seguimiento de este impuesto, ya que permite visualizar claramente cuánto IVA debes pagar y cuánto puedes acreditar, con base en tus CFDI y las retenciones, lo que evita cálculos complicados y ahorra tiempo. Además, facilita la preparación para auditorías o revisiones fiscales con reportes detallados de tus operaciones.
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