¿Qué implica ser responsable solidario en materia fiscal y de seguridad social?
En el marco de las obligaciones fiscales en México, la figura del responsable solidario surge como un mecanismo secundario para garantizar el cumplimiento de contribuciones. Es cuando una persona física o moral, por disposición legal, debe pagar las obligaciones que originalmente corresponden a un tercero.
En este blog analizamos cuáles son las implicaciones para las empresas y algunas recomendaciones a tener en cuenta.
Fundamento legal
En términos prácticos, el responsable solidario puede ser requerido, por ejemplo, por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) o por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para cubrir los adeudos fiscales o de seguridad social que están pendientes.
La responsabilidad solidaria en materia fiscal está regulada principalmente en el Código Fiscal de la Federación (CFF). De acuerdo con el Artículo 26, algunos casos de responsables solidarios de las contribuciones y sus accesorios son:
Los representantes legales y órganos de administración de empresas cuando estas no cumplan con sus obligaciones fiscales.
Quienes transfieran bienes o negocien con empresas que tengan adeudos fiscales pendientes.
Socios o accionistas, en algunos casos, respecto del ejercicio de sus funciones y hasta el monto de su participación.
Este artículo contempla distintas situaciones que generan responsabilidad solidaria, como la omisión en la presentación de declaraciones, el incumplimiento de retenciones o pagos provisionales y el uso indebido de facultades administrativas en perjuicio del fisco.
Los casos más frecuentes
El abogado fiscalista Andrés Álvarez explica que esta figura aplica en casos como retenciones de impuestos, socios accionistas y liquidadores de empresas. Por ejemplo, cuando una persona o empresa actúa como agente retenedor de impuestos (como el ISR o el IVA) y no entrega dichas retenciones al SAT.
“Si retienes un impuesto y no lo pagas, automáticamente te conviertes en obligado solidario. El SAT te cobrará directamente, aunque el dinero no fuera tuyo”, señala.
Este escenario es común en relaciones entre personas morales y físicas, donde la primera debe retener un porcentaje de los pagos por servicios y trasladarlo al fisco.
Otro caso frecuente involucra a los socios accionistas de una empresa. Si la persona moral incumple obligaciones fiscales, como no actualizar su domicilio fiscal o carecer de bienes para cubrir un crédito, el SAT puede exigir el pago a los accionistas, proporcionalmente a su participación en la sociedad. “Aunque un socio solo reciba dividendos, si la empresa no cumple, el SAT irá contra él”, detalla.
Los liquidadores de empresas en proceso de disolución también enfrentan responsabilidad solidaria. Tras la eliminación del outsourcing, muchas empresas entraron en liquidación, y los liquidadores designados deben asegurar el pago de contribuciones pendientes. “Si no se cumplen, el SAT demandará al liquidador, pues es quien tiene la última autoridad en la gestión”, agrega.
Otro caso concreto es el de los contratistas de servicios especializados u obras especializadas. En caso de que los proveedores de dichos servicios no cumplan con el pago de salarios y contribuciones de las personas trabajadoras, los contratistas, por ser los beneficiarios de estos, se vuelven responsables solidarios y deben cubrirlos.
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Implicaciones y consideraciones
Las implicaciones para los responsables solidarios son claras: una carga económica directa. Por ejemplo, si una empresa no retuvo $100 pesos de ISR a un contratista, el SAT exigirá ese monto a la empresa, independientemente de si recupera el dinero del contribuyente original. “No importa si fue un error: la obligación de retener y pagar es intransferible”, recalca.
La responsabilidad solidaria busca asegurar que el Estado pueda recuperar adeudos fiscales o de seguridad social. Comprender esta figura legal y sus consecuencias es esencial para quienes ocupan cargos de responsabilidad dentro de empresas, así como para inversionistas o adquirentes de negocios.
Como recomendación central, Álvarez aconseja revisar el artículo 26 del CFF, que enumera los supuestos de responsabilidad. “Los contribuyentes deben verificar si son retenedores, socios o liquidadores, y auditar sus cuentas de los últimos cinco años para evitar contingencias. La prevención es clave, pues el SAT no dudará en actuar contra quienes figuren en esos roles”, concluye.
En México, este código y otras normativas proporcionan el marco que sustenta esta responsabilidad y delinean las circunstancias en las que puede aplicarse.
La figura del responsable solidario refleja cómo las obligaciones fiscales y de seguridad social pueden tener un alcance más amplio que el del contribuyente principal. Esto implica que la relación con una empresa o persona física puede generar efectos legales incluso sin participación directa en la falta, lo que subraya la necesidad de entender los vínculos legales que se establecen en las operaciones empresariales y contractuales.
Más allá del cumplimiento normativo, asumir un rol dentro de una organización exige reconocer los riesgos fiscales asociados. Contar con procesos de revisión interna, monitoreo de terceros y claridad en las funciones de cada integrante permite anticiparse a posibles requerimientos por parte de las autoridades y tomar decisiones informadas que protejan el patrimonio individual y empresarial.