Estos son los principales errores al atender la fiscalización electrónica del SAT

La fiscalización electrónica se ha convertido en una herramienta central para el Servicio de Administración Tributaria (SAT) al permitirle detectar inconsistencias de manera automatizada, utilizando inteligencia artificial para el análisis de datos. 

Como parte de ello, las empresas IMMEX y maquiladoras están siendo fiscalizadas electrónicamente sin notificación previa, a través del cruce automatizado de información que el propio contribuyente ha proporcionado a la autoridad.

Rafael Rubí, Office Managing Partner-Tijuana en Grant Thornton, identificó siete errores comunes que las organizaciones cometen al atender ejercicios de fiscalización del SAT

Rafael Rubí, Office Managing Partner-Tijuana en Grant Thornton, identificó siete errores comunes que las organizaciones cometen en este contexto, lo que puede derivar en sanciones, cancelación de certificaciones y créditos fiscales millonarios.

1. Pensar que la fiscalización inicia con un oficio

El especialista indicó que uno de los errores más frecuentes es creer que la fiscalización electrónica comienza cuando la empresa recibe un oficio, carta invitación o correo electrónico. 

La revisión por parte del SAT inicia desde que el contribuyente emite o recibe un CFDI, ya que en ese momento la autoridad empieza a cruzar automáticamente la información con lo declarado previamente. 

El SAT ya no espera a solicitar documentación sino que actúa con base en datos que ya tiene.

2. Separar el cumplimiento fiscal del aduanero

Otro error identificado es tratar por separado los temas fiscales y aduaneros. El SAT tiene una visión de cumplimiento integral y que está dando efectos fiscales a omisiones o errores en áreas como comercio exterior, lo que impacta directamente en la Certificación IVA e IEPS. 

En muchas empresas, áreas como recursos humanos, finanzas y comercio exterior no tienen una coordinación adecuada, lo que genera confusión y respuestas contradictorias durante una revisión.

3. No documentar adecuadamente la materialidad de operaciones

Para tener éxito en las devoluciones de saldos a favor de impuestos, los contribuyentes deben demostrar que sus gastos o inversiones son estrictamente indispensables para su actividad. 

La autoridad puede solicitar evidencias como fotografías del antes y después de un servicio, bitácoras de acceso, contratos y justificación de la elección del proveedor. 

Aunque Rubí reconoció que estas solicitudes pueden resultar excesivas, recomendó tener expedientes completos desde el inicio para defender cualquier deducción en caso de revisión o litigio.


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4. Desconocer la base de datos propia

Un problema recurrente, según el experto, es que las empresas no conocen el contenido de sus propios sistemas, como el Anexo 24. 

Al no realizar auditorías preventivas, desconocen si tienen mercancía con incidencias o saldos inconsistentes. 

Esta falta de control también se extiende a áreas como la emisión de CFDI, donde la validación de datos se delega sin supervisión, lo que incrementa el riesgo de errores que después son detectados por la autoridad.

5. No apoyarse en tecnología ni en asesores especializados

Rafael Rubí, Office Managing Partner-Tijuana en Grant Thornton, identificó siete errores comunes que las organizaciones cometen al atender ejercicios de fiscalización del SAT

Adquirir tecnología sin tener procesos ordenados solo automatiza errores. Estasherramientas deben ser utilizadas con personal capacitado y acompañarse del apoyo de asesores que entiendan el entorno fiscal actual. 

La tecnología debe servir como parte del blindaje fiscal, no como un sustituto del control interno, enfatizó.

6. Descuidar la consistencia entre declaraciones y anexos

La falta de consistencia entre la información presentada en declaraciones provisionales, anuales e informativas es otro error común. 

Rubí mencionó ejemplos como diferencias entre ingresos reportados en la declaración anual y los pagos provisionales, o discrepancias entre la balanza contable y reportes informativos como la DIOT o la DIEMSE. 

Las empresas deben implementar cruces internos para detectar y corregir diferencias antes de que sean observadas por el SAT.

7. No actualizarse sobre cambios normativos

Finalmente, está el riesgo de no conocer o no aplicar los cambios normativos vigentes. El cumplimiento requiere de autoestudio y capacitación constante del personal y no basta con recibir boletines informativos de firmas o depender de los asesores externos. 

También es importante tener una mentalidad abierta para identificar errores de origen cuando se reciben observaciones repetidas de la autoridad.

Ante el avance de la fiscalización electrónica y la capacidad del SAT para cruzar información en tiempo real, las empresas deben adoptar un enfoque preventivo que contemple los puntos mencionados.

El cumplimiento fiscal requiere más que solo atender requerimientos: exige preparación, orden y actualización constante. Ignorar estos aspectos puede traducirse en sanciones, pérdida de certificaciones estratégicas y afectaciones operativas. 

Por ello, contar con procesos robustos, personal capacitado y un control riguroso de la información es fundamental para evitar riesgos ante un SAT cada vez más digital y preciso en su actuar.

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